La magnitud de la infraestructura que se ubica en la zona de Lonzas impulsa a generar una respuesta en su misma escala. La estrategia propuesta ofrece una respuesta desde la propia naturaleza, entendiendo el área como un conjunto de intervenciones, de distinto carácter, que ayuden a minimizar el impacto visual del viaducto y generar un progresiva disolución de lo construido hacía lo natural.

El tratamiento de cada uno de los espacios inicialmente residuales tendrá un objetivo específico, determinado por su topografía y ubicación, evitando la uniformidad de la respuesta paisajística.En general, con carácter simultáneo, se propondrán cuatro tipos de actuaciones orientadas a la regeneración de los barrios, la introducción de usos dinamizadores, la potenciación de la naturaleza, y la minoración del impacto visual.

La respuesta a escala territorial propone la creación de un parque urbano, capaz de establecer un contrapeso a la dimensión de la estructura de tráfico. En la escala del peatón se plantea la recuperación del núcleo de San Cristóbal, que se caracteriza por la subsistencia de una singularidad propia y gran importancia en la memoria de los vecinos de los barrios colindantes.